pensando en ti
a diario.
Cada foto es un clavo
y su recuerdo el martillo
que hunde mi pecho hasta el fondo
donde enterré lo vivido contigo.
Y entierro
y desentierro.
Hay ya mucho derramado
y la soledad es testigo
de como se me cae el pelo
por pensar y pensar
y no parar de repetirme
¿es cierto lo que he vivido?
No quiero clavarme más cuchillos
y a la vez no quiero hacer como
si nada hubiera ocurrido.
Sólo déjame de una vez
pensamiento mío
que yo haré el resto.