lunes, 22 de octubre de 2018

Lo de dentro

Arañado por dentro,
me han roto el alma
en mil pedazos.

Nunca algo fue tan intenso.
Ya ha pasado tiempo
y aún sigue ahí.

Doliendo como el primer día
me hace tragar saliva
a cada momento.

En la boca del estómago
te tengo.
No sólo me da hambre,
también me la quita.

Y regurgito cada vez que te pienso.
Pero no es más que pan para hoy
y hambre para mañana.

Sólo me queda verte y
cuando vuelva
te odiaré como nunca
por extrañarte como siempre.

Porque no hay peores despedidas
que las que no tienen remedio.
Esa vez no dijimos hasta nunca,
fue un hasta luego.

Pero quién sabe qué habría sido mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario