Tengo miedo de ti.
De tus idas y venidas,
de los sí porque sí
y de caer en el olvido.
Porque nunca me fío.
Ahora mismo estoy aquí
tumbado y hasta el cuello tapado
y no es porque haga mucho frío.
Es porque siempre pasa lo mismo:
si habla porque habla
y sino, le busco un motivo.
Me ahoga tanta incertidumbre,
que pase tan lento el tiempo
cuando no te escribo.
El no saber si sigues sonriendo
o si aprieto demasiado.
A veces pienso que soy lo último
y otras que, al menos,
soy algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario