miércoles, 30 de mayo de 2018

Noche

En la mañana te miro delicada.
Mente despierta y con ganas de más.
Con inercia se levanta el cuerpo.
Os veo,
me deprimo,
pero aún hay día.

Antes cuando había hambre
llegaba antes la tarde.
La inercia no cesa
y yo sólo me repetía:
que no pare
que no pare.

Iba más abajo
las pulsaciones cada vez menos se sentían.
Cada vez pensando más con qué me rajo
pero la inercia no cesaba.
Quería que siguiese con vida.

Y se sabe bien qué viene ahora
más bonita que ninguna
más deprimente todavía.
Me destapo de su estela
por estar harto de que me arrope cuando ella quiera.
Al fin y al cabo siempre acudo a la misma.
Al final es a quien siempre le cuento mis penas.
Y me recuerda como siempre:

"Ten cuidado con la inercia
hoy de nuevo ha sido su día.
Cuando te atrape en sus redes
¡recorta con tijeras!
¡mira a través de ellas!
Y verás como detrás
estás tú
de nuevo comido de mierda
por esconder la cabeza
como una avestruz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario