Empieza de nuevo, Septiembre,
y se como finales de Agosto:
impaciente por verte
nervioso hasta el último momento.
Cada vez me creo más
eso de que las cosas buenas duran poco
pero aún nos queda tiempo
para revivir mes y medio
en una semana.
¿Cómo alguien en cuestión de un momento
puede crearme por dentro este destrozo?
A lo único que me aferro
es a la esperanza de que
por un golpe de suerte
quieras verme
antes de que te vayas.
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