lunes, 15 de mayo de 2017

En pie

Después de esa bala fallida
ya no queda nada
(en absoluto)
solamente un punto de mira
a lo lejos, una diana
que para llegar debo seguir un camino abrupto.

Ahora mi pistola está cargada
me quedan cinco balas
(menos la rebotada).
Con resto de pólvora en el cañón
mis huellas marcadas alrededor
y mi dedo
apretando sutilmente el gatillo
fijando totalmente su mirada
para acertar sí o sí
la bala que un día fue fallada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario