Qué simple
y que tranquilidad transmitía
cada golpe en la caja
con la sonrisa perfectamente encajada
y la voz tenue que a su vez le hacía compañía.
Qué simple
volvería a escucharlo
escribiría mientras de fondo suena esa melodía
y yo, así, seguiría.
-Qué bien lo hace.
Me digo a mi mismo
-Yo ni en meses lo haría.
y yo, así, seguiría.
Aún así, sólo me quedo
con el color de sus verdes pupilas
que nada más aparece cuando sale el Sol
que sólo apareció en Otoño,
e Invierno
y ahora busco que aparezca,
una vez más, en Primavera
esa sonrisa grabada a fuego
en esta mente fría.
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