Ahora yo solo soy el que se cobija en si mismo intentando buscar cualquier resquicio de alegría únicamente pensando en que aparecerás de nuevo algún día.
Pero ni me voy a ahogar en llanto, ni el futuro me va a ahogar. Mis pisadas son más grandes que nunca y te aseguro que éstas mismas son las que están creando mi camino día tras día.
Tú tan yonki de mierda y yo tan yonki de ti.
Aún recuerdo la primera mirada
totalmente direccionada hacia mi.
Que el viento te acompañaba
y yo, tonto, pensando que vendría
sin querer queriendo me besaría
y que al oído me susurraba:
pronto, en algún momento de tu vida
a mi de nuevo vendrías
con la luz apagada
y con la llama totalmente encendida.
Llegó.
Y con el mismo viento que vino
entero me derritió
hasta no dejar nada.
Y ahora sólo busco en ese charco derramado
la única gota de esperanza.
Dime tú que gota voy a encontrar
si fregaste el suelo con cada una de tus palabras.
Aún así
ese viento sigue refrescando cada una de mis noches
al entrar la madrugada.
al entrar la madrugada.