domingo, 11 de noviembre de 2018

De 10 a 1615 kilómetros

Las fuerzas las perdí
pensando en ti
a diario.

Cada foto es un clavo
y su recuerdo el martillo
que hunde mi pecho hasta el fondo
donde enterré lo vivido contigo.

Y entierro
y desentierro.
Hay ya mucho derramado
y la soledad es testigo
de como se me cae el pelo
por pensar y pensar
y no parar de repetirme
¿es cierto lo que he vivido?

No quiero clavarme más cuchillos
y a la vez no quiero hacer como 
si nada hubiera ocurrido.
Sólo déjame de una vez 
pensamiento mío
que yo haré el resto.

lunes, 5 de noviembre de 2018

A veces es mejor una lobotomía

Como el cielo gris
que un día vi
contigo tumbado en la arena
muerto de frío
estoy.

Me falta el calor
de un abrazo
o de dos.
Y la cordura 
de tres.

Porque contigo se fue
el recuerdo de un verano
y el tocar para ti.
Sólo tocaba para ti.

Y ya no lo hago
porque cada acorde es un puñal
un pisotón en la cara
o un café aguado.

A veces
lo mejor sería una lobotomía.
Sesgar de cuajo tus recuerdos
y hacer como
si nada hubiese sido.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Ahora más que nunca

Como un susurro
en mi oído vino.
Dijo que no la extrañara
que hasta aquí llegó.

Y fue como el viento
sobre todo como el huracanado.
Creó tal destrozo en mí
que necesitaré años para arreglarlo.

Y como viento que eres
como llegaste te fuiste,
llevándote todo lo bueno
menos lo malo.

De eso

dejaste todo.

Me fui con un sabor amargo
con el tiempo tan dulce que pasé a tu lado.

Las personas no se olvidan
y tú no fuiste persona.

Déjame que te diga
que cada recuerdo de ti me mata.

Tu aire me asfixia
tu olor me causa náuseas.
Ese mismo que antes me daba vida
y ahora no hace más que quitármela.

Pero
aún así
no perderé la esperanza.
Pena de mí porque no la hay
pero separarme mentalmente de ti
no entra en mis planes.

lunes, 22 de octubre de 2018

Lo de dentro

Arañado por dentro,
me han roto el alma
en mil pedazos.

Nunca algo fue tan intenso.
Ya ha pasado tiempo
y aún sigue ahí.

Doliendo como el primer día
me hace tragar saliva
a cada momento.

En la boca del estómago
te tengo.
No sólo me da hambre,
también me la quita.

Y regurgito cada vez que te pienso.
Pero no es más que pan para hoy
y hambre para mañana.

Sólo me queda verte y
cuando vuelva
te odiaré como nunca
por extrañarte como siempre.

Porque no hay peores despedidas
que las que no tienen remedio.
Esa vez no dijimos hasta nunca,
fue un hasta luego.

Pero quién sabe qué habría sido mejor.

jueves, 18 de octubre de 2018

Si este momento llevara tu nombre
lo condenaría ahora.
Llevo tanto tiempo perdido
pensando en ti sin motivo
por si a lo mejor
vuelve a buscarme.

Recuerdo cada momento vivido
y parecen irreales:
besos, abrazos
miradas perdidas en tus pupilas...
Si me dijeran que lo he soñado
me lo creería.

Sólo fue un tiempo pasajero
y yo, iluso, quise revivirlo.

Parece mentira
que ahora que podíamos volver a vernos
eso que tú querías en ese momento
se desmorone delante tuya
y mía
y nos quedemos ahí
perennes
esperando a que pase el tiempo.
Y que, al final,
haya sido solo un sueño.

Aunque la piel aún se me eriza
y el pecho se me encoge cuando te pienso.

¿De veras para ti también ha sido eso?

viernes, 12 de octubre de 2018

Sin noticias

Tengo la intención de todo
y de nada.
De estar reventando por saber de ti
y de reventar por saber.

Yo sí que quiero,
pero no tengo noticias
y parece que a mi vuelo
le están cortando las alas.

Te echo de menos
 y me mata.

No me mataría
si te preocupara.

Pero conocía sólo un diez por ciento
de ti
y ahora
me arrepiento.

¿Por qué ahora que estamos tan cerca
de repente hay tanto hielo?
Hace poco eso creía
y cada vez te siento más lejos.

Si de veras estuviera equivocado
vendrías como si nada
a curarme de mí y mis miedos.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Tengo miedo de ti.
De tus idas y venidas,
de los sí porque sí
y de caer en el olvido.

Porque nunca me fío.
Ahora mismo estoy aquí
tumbado y hasta el cuello tapado
y no es porque haga mucho frío.
Es porque siempre pasa lo mismo:
si habla porque habla
y sino, le busco un motivo.

Me ahoga tanta incertidumbre,
que pase tan lento el tiempo
cuando no te escribo.
El no saber si sigues sonriendo
o si aprieto demasiado.

A veces pienso que soy lo último
y otras que, al menos,
soy algo.